Roberto Benítez ha llegado a Puerto Conchillas cargando el peso de una vida anodina y un fracaso sentimental sobre sus hombros. En ese apacible y pintoresco entorno buscará ocultarse de los fantasmas del pasado, refugiado en la cadencia de sus rituales repetidos, un trabajo rutinario, una aventura clandestina con una mujer casada y la compañía de su perro.
A pesar de sus esfuerzos, las historias inconclusas volverán empecinadas a convocarlo. La irrupción en escena de un joven guitarrista, coincidiendo con la llegada al pueblo de un misterioso inglés del que se tejen extrañas hipótesis, rompen la quietud de la tranquila comunidad y alborotan a sus personajes. El encadenamiento de los hechos irá guiando al protagonista hacia un inevitable desenlace, sin que pueda hacer nada para impedirlo. Finalmente, Roberto se verá obligado a enfrentar su pasado e intentar resolver sus asuntos pendientes.
Esta novela, que construye una atmósfera un tanto irreal e inolvidable, es también una reflexión sobre las distintas formas del amor y del olvido.