¿Qué tan fiables son los recuerdos si constantemente estamos completando la historia del otro con nuestros resquemores, caprichos, afecciones y miedos? ¿Dónde empieza y termina la ficción en el ejercicio de la memoria?
El pasado puede ser un refugio o un arma para el autoflagelo.
En esta novela, Braulio, un personaje miserable y rodeado por la miseria, intenta poner en orden sus recuerdos como puede, en claro desorden, mientras revive sus mejores y peores días. Intenta reinventarse cayendo y recayendo a los pozos que cavan para los desechos morales del mundo. Pertenece y no a todos lados. Todo esto mientras buscan un autor misterioso con solo un libro publicado y que parece ser merecedor de ingresar en el canon de la gran literatura rioplatense y pretende, a su vez, escribir un buen libro.