Después de una postergación insostenible, en julio de 2009 Filomena Grieco y Carlos Rovira toman la decisión que tanto defienden y planificaron: morir juntos. Una decisión consciente, que tiene sus raíces en la pérdida de su hijo Horacio, militante tupamaro asesinado el 14 de abril de 1972, y que se potencia cuando la lucha por un mundo mejor deja de ser la trinchera de la justificación. Ya no hay utopías, ya no hay mártires; hay muertos y un sentimiento de culpa inexorable.
A trece años de la publicación original, el periodista Iván Kirichenko presenta una edición revisada de este relato de dolores decantados, de cartas y libros que anhelan ser leídos, y de una familia que carga sobre sus hombros el peso de la historia.