La historia narra el encuentro entre un sirviente y una anciana en la destartalada Rashomon, la puerta sur de la entonces arruinada ciudad de Kioto, donde a veces se arrojaban los cadáveres no reclamados.
El hombre, un humilde sirviente recientemente despedido, está contemplando la decisión entre de morir de hambre o convertirse en ladrón para sobrevivir en los tiempos yermos. Cuando sube las escaleras, luego de notar la luz de una chimenea allí encendida, se encuentra con una vieja mujer, quien está robando el pelo de los cadáveres en el segundo piso. El hombre se asquea por la situación y decide que preferiría tomar el camino de la justicia, incluso si eso significa sucumbir a la inanición. Tal es su furia en contra de la mujer.