En primera persona, la existencia reclusa y reglamentada de Marcelo Estefanell transcurre frente al lector como si fuera una película. El humor, ese sabio recurso, fue y es una herramienta fundamental para que la memoria de esos años tan oscuros se convierta en un canto a la vida.
Marcelo Estefanell estuvo casi 13 años recluido en el Penal de Libertad. El relato de su memoria carcelaria en formato de crónicas independientes se convierte, gracias a su estilo ágil, desenfado y certero, en un viaje donde la luz, la alegría y la esperanza están presentes aun en los momentos más terribles.